En esta ocasión dedicamos la sesión a un cuento popular de Filipinas de autor anónimo, titulado "El rey cangrejo" . Cuento seleccionado del libro editado por Carmen Bravo-Villasante cuyo título es "Cuentos populares de Iberoamérica".
"El rey cangrejo"
Se dice vulgarmente que el
león es el rey de los animales, pero cuando sucedió esto que vamos a contar no
ocurría así.
Cierto es que el león fue siempre el rey de
los animales, pero sólo de los grandes animales terrestres. La ballena era el
rey de los animales marinos, y el cangrejo era el rey de todos los minúsculos
habitantes de la tierra y de los ríos, e incluso animales mucho más grandes y
poderosos que el cangrejo estaban bajo sus órdenes, como las serpientes, las
tortugas y las ranas. Pero todos temían las poderosas pinzas del cangrejo y le
obedecían sumisos.
El cangrejo, en vista del saludable temor que
inspiraba con sus pinzas, abusaba de su poder y dictaba una serie de leyes que
irritaban a sus súbditos. Una de ellas era que mientras dormía nadie podía
hacer el menor ruido para turbar su sueño.
Los súbditos, cansados, decidieron
sublevarse, y un día, mientras su poderosa majestad dormía, empezaron las ranas
a croar y a reír muy fuerte, tanto que se despertó al oír el alboroto.
Inmediatamente llamo a la libélula que era su mensajero, y mandó que las ranas
comparecieran ante su presencia para conocer la causa de sus risas.
Las ranas se excusaron de haber despertado al
rey y dijeron:
-Hemos reído a causa de la tortuga, que tiene
una figura ridícula con su casa a cuestas.
El cangrejo mandó a la libélula a buscar a la
tortuga, y cuando la tuvo ante su presencia le preguntó por qué llevaba su casa
a cuestas.
-Llevo mi casa a cuestas -contestó la
tortuga- porque la luciérnaga despide fuego, y tengo miedo que me queme mi casa
si yo estoy fuera.
El rey entonces mandó a buscar a la
luciérnaga, y quiso saber por qué despedía fuego.
La luciérnaga contestó:
El mosquito tiene la culpa. Se pasa todo el
día tras de mí tratando de picarme y de aturdirme con su zumbido, y yo despido
fuego para asustarlo y protegerme.
Entonces el rey, ya enfadado, mandó llamar al
mosquito y le preguntó por qué atormentaba a la luciérnaga.
El mosquito entonces, en vez de contestar, se
puso a zumbar en torno al cangrejo, y lanzándose veloz sobre él le picó en la
frente. El cangrejo, furioso por la desvergüenza del mosquito, le dio un golpe
en la frente y mató al animalejo.
Los demás mosquitos, al enterarse de lo que
había ocurrido a su compañero, se unieron para hacer la guerra al rey. El
cangrejo, asustado ante la nube de mosquitos que se le venía encima, hizo con
sus pinzas un agujero en la tierra y se ocultó en él.
Los mosquitos, chasqueados, quedaron zumbando
en torno al agujero, esperando que saliera el rey para atacarlo; pero el
cangrejo no quiso atreverse a salir, y desde entonces vive en agujeros que cava
en la tierra.
Los mosquitos se reunen alrededor de cada
agujero que ven, tratando de descubrir al cangrejo, sin conseguirlo.
Y mientras tanto, los pequeños animales de la
tierra y de los ríos quedaron libres de su rey que los atormentaba.
Dramatizamos el cuento y coloreamos al protagonista principal de la historia.
Ficha para colorear |
El rey cangrejo coloreado por los niños participantes.