lunes, 22 de abril de 2013

SESIÓN DEL TALLER DE CUENTOS POPULARES

LA FLOR DE LA FLORENTENA


Dedicamos la sesión del taller de Cuentos Populares del mes de Abril al autor local, Alfonso Jiménez Romero.
De su libro "La Flor de la Florentena" seleccioanamos para el taller los cuentos populares "El pájarito y el rey" y "El conejito verde".

Adaptamos el cuento para su narración:

 

EL CONEJITO VERDE

Pues mirad, señores, hace muchísimos años, allá por los tiempos de María Castaña, en un reino muy lejano vivía una hermosa princesita acompañada por su padre, el rey Don Juanito el Feo, y su esposa, la reina doña Pepita la Graciosa. Y la princesa era tan bella y tan hermosa que todos los caballeros del reino estaban locos por ella.

Un día, cuando la princesita se peinaba en su alcoba, se presentó por la ventana un conejito verde que, con tres brincos y tres saltos, pudo llegar hasta ella y le quitó la cinta del pelo.

La princesa, al verlo, se quedó enamorada de él, y quiso atraparlo  pero con todo lo que hicieron no pudieron cogerlo.

Al día siguiente doblaron la guardia por si se le ocurría al conejito pasar por allí, pero nada, no pudieron cogerlo y el conejito fue otra vez a la alcoba de la princesa y esta vez le quitó un peine.
Y así hasta el día siguiente que le quitó un espejito.

La princesa al ver que no podían coger al conejito se puso enferma y los médicos no encontraban remedio para su enfermedad. Así que no tuvieron más remedio que decirlo por el reino para que encontraran al conejito verde, su pequeño deseo.

Un día una viejecita se levantó para la misa del alba, y mientras esperaba, vio pasar por allí a un burrito verde y decidió seguirle. La pobre ya estaba cansada cuando por fin el burrito llegó delante de la roca de los diamantes y se paró. Y al llegar dijo:

-Ábrete rosa, ábrete clavel,
Ábrete azucena de mi poder.

Y en cuantito la piedra estaba abierta se metió dentro. La vieja también pudo entrar y cuando entró se dijo.-  ¡oh, qué maravilla; pero si estoy dentro de un palacio! Y empezó a registrarlo todo.

Llegó hasta la cocina y en el anafe había una olla, quiso cogerla pero salió una mano de dentro que le dijo:

-Lo siento, señora flor de ayer,
pero esto para el rey es.

Después vio una cesta de pan calentito y cuando fue a cogerlo le salió una mano que le dijo:

-          Lo siento, señora flor de ayer,
pero esto para el rey es.

Después de la cocina fue hasta la alcoba y vio al deseado conejito verde, que dio tres saltos y tres brincos y se convirtió en un elegante joven.. Entonces abrió el primer cajón de la cómoda, sacó las tres cosas de la princesa.
Cogió el lazo y dijo:
-          ¡oh, princesita, oh corazón, yo te quisiera dar mi amor.
       Cogió el peine y dijo:
-          ¡oh, princesita, oh corazón, yo te quisiera dar mi amor!
       Y cogió el espejito y dijo:
-          ¡oh, princesita, oh corazón, yo te quisiera dar mi amor!

Después otra vez dio sus tres brincos y sus tres saltos y se convirtió en conejito, y se echó en su camita a dormir. Entonces la viejecita lo cogió con disimulo y también el lazo, el peine y el espejito para presentárselos a la princesa.

Al llegar al palacio la vieja dijo esto a la bella muchacha:
-          Prepara una habitación,  y en el primer cajón de la cómoda mete estas tres cositas. Pasaron dos y tres horas y el conejito al despertarse dio sus tres brincos y sus tres saltos y se convirtió en príncipe. Y entonces la princesa se abalanzó hacia el príncipe y lo besó.

Se casaron, vivieron felices,
Comieron perdices
Y a mí no me dieron
Porque no quisieron.
Sin embargo la vieja se hartó de comer, se puso muy gorda y se convirtió en su primera dama.

 Tras la narración representamos entre todos el cuento. Adaptamos el cuento para realizar una pequeña obra de teatro siendo los personajes: narrador, conejito verde/joven, princesa, vieja y el burro verde.A continuación os muestro alguno de los objetos y elementos utilizados para la representación.

 Tras varias representasiones nos sentamos y coloreamos una plantilla con el dibujo de la princesa y el conejito verde.